Power Girl #3
Escrito por Justin Gray y Jimmy Palmiotti. Arte por Amanda Conner. Colores por Paul Mounts.
Previamente...
Ultra Humanite captura a Power Girl y está a punto de agotar sus poderes para así poder transferir su mente al cuerpo de nuestra carismática heroína (#2).
Afortunadamente, Power Girl es bastante hábil con el uso de sus super poderes y se libera para repartir golpes.
Sin embargo, el pequeño problema de que Ultra Humanite ha hecho volar a Manhattan tiene que ser resuelto. Es para esto que tenemos una aparición especial de Terra, que ya había hecho equipo antes con Power Girl.
Lo mejor de este número es ver a Power Girl como un personaje competente, que es capaz de solucionar los problemas que se le ponen enfrente por su cuenta. De todos modos la Sociedad de la Justicia hace un pequeña aparición, pero queda en manos de Power Girl salvar a su nuevo hogar.
Power Girl muestra más potencial con cada número para ser un cómic interesante a largo plazo. En particular porque en este número nos quedamos con la promesa de nuevos enemigos para Power Girl.
Recomendable.
Supergirl #43
Escrito por Sterling Gates. Lapices por Jamal Igle. Tintas por Jon Sibal. Colores por Pete Pantazis.
Después de todo lo ocurrido con Superwoman, Supergirl se decide a ir al nuevo Krypton para hablar con su madre (#42), que ha estado actuando de un modo extraño desde que su esposo murió.
Ya en Krypton, vemos a Supergirl contarnos a través de su diario cómo ha sido su estancia en ese planeta hasta el momento. No ha podido hablar todo lo que desearía con su madre porque esta la ha mandado a hacer todo tipo de tareas con los diferentes gremios de los Kryptonianos.
También tenemos una breve aparición de Superman que se encuentra investigando cómo es que Lucy Lane pudo andar como Superwoman en Krypton.
Este es un número de personaje. Somos testigos del conflicto interno de Supergirl con su familia y cómo ha cambiado su vida, al mismo tiempo que conocemos más del nuevo Krypton. Es así como Supergirl crece más y más como personaje en cada número.
El número está bastante escaso de acción y el arte de Jamal Igle no es siempre agradable, pero de cualquier modo es una lectura recomendable.
Previamente...
Ultra Humanite captura a Power Girl y está a punto de agotar sus poderes para así poder transferir su mente al cuerpo de nuestra carismática heroína (#2).
Afortunadamente, Power Girl es bastante hábil con el uso de sus super poderes y se libera para repartir golpes.
Sin embargo, el pequeño problema de que Ultra Humanite ha hecho volar a Manhattan tiene que ser resuelto. Es para esto que tenemos una aparición especial de Terra, que ya había hecho equipo antes con Power Girl.
Lo mejor de este número es ver a Power Girl como un personaje competente, que es capaz de solucionar los problemas que se le ponen enfrente por su cuenta. De todos modos la Sociedad de la Justicia hace un pequeña aparición, pero queda en manos de Power Girl salvar a su nuevo hogar.
Power Girl muestra más potencial con cada número para ser un cómic interesante a largo plazo. En particular porque en este número nos quedamos con la promesa de nuevos enemigos para Power Girl.
Recomendable.
Supergirl #43
Después de todo lo ocurrido con Superwoman, Supergirl se decide a ir al nuevo Krypton para hablar con su madre (#42), que ha estado actuando de un modo extraño desde que su esposo murió.
Ya en Krypton, vemos a Supergirl contarnos a través de su diario cómo ha sido su estancia en ese planeta hasta el momento. No ha podido hablar todo lo que desearía con su madre porque esta la ha mandado a hacer todo tipo de tareas con los diferentes gremios de los Kryptonianos.
También tenemos una breve aparición de Superman que se encuentra investigando cómo es que Lucy Lane pudo andar como Superwoman en Krypton.
Este es un número de personaje. Somos testigos del conflicto interno de Supergirl con su familia y cómo ha cambiado su vida, al mismo tiempo que conocemos más del nuevo Krypton. Es así como Supergirl crece más y más como personaje en cada número.
El número está bastante escaso de acción y el arte de Jamal Igle no es siempre agradable, pero de cualquier modo es una lectura recomendable.
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